La capacidad que tiene el ser humano para poder cambiar y
mejorar sin perder su esencia y lo que realmente es, aun contando con mucho de
donde sacar y aprender cosas que no son benéficas u ocasionan algún bien.
Aun a corta edad se puede aprender y enseñar tanto. Una niña
con poca experiencia y conocimiento de la vida se enfrenta a una
triste realidad sin siquiera merecerlo o pedirlo solo por el egoísmo, la
frialdad y la insensibilidad de un dictador al que nisiquiera conocía.
La perdida
primera de su familia sanguínea viviendo la muerte de su único y menor hermano, después, su familia adoptiva quedándose sola y aun así no darse por vencida demostrando su fortaleza y enseñandonos el verdadero valor de la vida y no solo vivir,
sino aprender a convivir ayudando y queriendo a las personas aun sufriendo
ella misma, aludiendo al viejo refrán:
“Haz el bien
sin mirar a quien”
Es así pues,
como la historia de “La ladrona de libros “ nos enseña mucho a valorar lo que tenemos y a adaptarnos al contexto que se nos haga presente sin importarnos
nada, sabiendo que todo se puede lograr con perseverancia, actitud y paciencia.
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